Aviones, satélites y drones son las herramientas utilizadas por los meteorólogos para recabar más información sobre los huracanes.
El avance de la tecnología ha supuesto una mejora indiscutible en la calidad de vida del ser humano. También se ha convertido en una gran herramienta para estudiar los fenómenos meteorológicos que nos rodean y así poder entenderlos y prepararnos para su posible llegada.
Los meteorólogos se esfuerzan en conocer cómo se forman y cómo avanzan estas enormes tormentas, para reducir en la medida de lo posible sus devastadores efectos.
EL PUNTO DE VISTA DEL SATÉLITE
El 1 de abril de 1960, el satélite TIROS I se convirtió en el primer satélite meteorológico exitoso de la historia. Funcionó durante 78 días y obtuvo la primera imagen televisiva de la Tierra.
Esta fuente de información cambio para siempre el estudio de los eventos meteorológicos.
A partir de entonces, las cámaras incorporadas en los satélites, permiten captar la evolución de la tormenta y los sensores recaban los datos que permiten calcular la velocidad del viento y la temperatura del mar.
Además, poseen radares que pueden tomar fotos 3D del interior del huracán y así crear una “radiografía” de la tormenta.
Los satélites dirigidos hacia la Tierra proporcionan información acerca de nubes, océanos, hielo y tierra. También miden gases en la atmósfera, tales como el ozono y dióxido de carbono y la cantidad de energía que emite y absorbe la tierra.
Además, los satélites vigilan los incendios forestales, los volcanes y sus emisiones.
CAZADORES DE HURACANES
Cazadores de huracanes es el nombre con que se conoce a los escuadrones de reconocimiento aéreo cuya misión es investigar y analizar «in situ» datos meteorológicos de los ciclones tropicales. Operan en el océano Atlántico Norte y en el océano Pacífico oriental.
En esta zona, el reconocimiento de huracanes se lleva a cabo por dos agencias del gobierno de Estados Unidos:
- Reservas de Fuerza Aérea de EE.UU. 53er Escuadrón de Reconocimiento del Tiempo (WRS por sus siglas en inglés).
- Aviones del Centro de Operaciones del NOAA (AOC por sus siglas en inglés).
Aunque ahora muchos de los datos son recogidos por los satélites, hay información que sólo puede recabarse en la tormenta, por ejemplo la presión barométrica dentro del huracán.
LA ERA DEL DRONE
El drone llegó para quedarse. Este pequeño aparato ha revolucionado numerosas industrias y desde hace pocos años también ha sido utilizado dentro del mundo del estudio meteorológico.
Debido a su pequeño tamaño, estos aparatos son capaces de volar a altitudes mucho más bajas que los aviones estándares y además sin el riesgo de perder vidas humanas en el proceso.
Desde 2016 el NOAA utiliza un dron, conocido como “Coyote”, que viaja fijado a la parte inferior de los aviones cazadores de huracanes. Cuando el avión se acerca al centro de la tormenta, el dron se suelta y planea de forma independiente recabando datos que eran anteriormente inaccesibles al ojo humano.
SUPER COMPUTADORAS
Todos los datos recogidos por los cazadores, los drones y los satélites, son procesados y analizados por super computadoras.
Estas máquinas trabajan con programas desarrollados para analizar millones de datos, permitiendo así que los científicos predigan el comportamiento de una tormenta en base a sus características y al comportamiento histórico de las mismas.
Sin embargo, cuando se trata del clima las variables en juego son tan numerosas y cambiantes que hablar de exactitud es prácticamente imposible, por más avanzados que estén los cálculos y los equipos que se utilicen para su estudio.
NUESTRA TECNOLOGÍA DE PUNTA
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